¿Qué hacer en casa con tus cortinas para evitar el calor?

Según Eduardo Sáez, meteorólogo de la Escuela Técnica Aeronáutica, para que una vivienda no se caliente tanto es importante evitar que ingrese radiación solar directa, lo que no quiere decir que no entre luz. Por eso es relevante considerar la trayectoria del sol y la orientación de la vivienda. ‘En esta época del año, el sol sale por el sur-este, cruza hacia el norte -haciendo una especie un arco- , y se esconde por el sur-oeste’, precisa Sáez.

De acuerdo con Ximena Muñoz, arquitecta, directora ejecutiva del Centro de Investigación de Luz y Energía (Ciluz), ‘en este caso, no es estrictamente necesario cerrar las cortinas porque ese sol no molesta’. ‘En la mañana, como el aire es frío, entre 14 y 18 grados, ese sol no incomoda. Si se cierran las cortinas es para que no entre exceso de luz. En esta ubicación, al momento de más calor del día el sol está en otro ángulo’, agrega Sáez.

Los que habitan en residencias con orientación poniente reciben el sol del atardecer con una temperatura alta, por lo tanto, tendrían que preocuparse de cerrar las cortinas a las 16 horas, para que no entren los rayos de sol en forma directa, añade el meteorólogo, quien también trabaja en Chilevisión. ‘Las viviendas que miran hacia el norponiente reciben la mayor energía, ya que se combinan dos factores.

Uno es la inercia térmica provocada por el calor que se acumuló durante el día en la tropósfera (capa más baja de la atmósfera) y que llega después del mediodía, a lo que se añade el golpe directo del sol. En esta época del año la hora de más alta temperatura se da, en promedio, a las 17 horas’, precisa Sáez.

Los que tienen una orientación sur, en el verano reciben el sol del amanecer y del atardecer porque en época estival el sol sale más hacia el sur, aporta Ximena Muñoz. En esta orientación, tampoco es estrictamente necesario cerrar las cortinas en verano para evitar el calor. De acuerdo con la arquitecta, es conveniente que ingrese la radiación solar directa en las horas de la mañana y, por el calor, bloquear la de la tarde.

‘Oscurecer todo el día una vivienda podría afectar la salud física y mental de los residentes, ya que la luz natural gatilla el correcto funcionamiento del organismo, porque regula el ritmo circadiano que nos permite estar activos durante el día. Si se altera podría, por ejemplo, desencadenar una depresión u obesidad’, sostiene Muñoz.

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